Con un prontuario que incluye decenas de asesinatos y varios secuestros de personalidades prominentes, la deserción de "Karina", la cabecilla de las FARC que ayer se entregó al ejército colombiano, es mucho más que un símbolo del progresivo deterioro de la guerrilla más poderosa de América Latina.
Para el gobierno de Álvaro Uribe, la entrega de Nelly Ávila Moreno, la guerrillera más sanguinaria de las FARC, implica la reafirmación –ante los colombianos y ante el mundo- de que sus políticas de desmovilización están dando resultados.
Según fuentes de la inteligencia colombiana, la líder guerrillera tiene hoy entre 45 y 47 años, mide 1,60 metros y pesa 85 kilos. Ingresó a las FARC cerca de 20 años atrás, probablemente impulsada por la situación de pobreza en la que vivía su familia.
Fueron su valentía, su falta de escrúpulos y su capacidad de liderazgo las que la convirtieron rápidamente en cabecilla del frente 47, puesto al que llegó en 1998. Antes de eso se la había vinculado con el frente 5 de Urabá, en el que habría participado de varias masacres. Años después, habría llevado a cabo el secuestro del ex congresista Oscar Tulio Lizcano, que sigue en cautiverio.
Pero también, según información revelada ayer por El Tiempo, “ Karina” habría sido la autora material del asesinato de Alberto Uribe Sierra, padre del actual presidente colombiano. Quizás sea por eso la guerrillera sólo decidió desertar luego de que, semanas atrás, el mandatario le enviara un mensaje público en el que le prometía garantías para su vida si se rendía.
La muerte de "Iván Ríos", su jefe en el frente 47 y el miembro más joven del secretariado de las FARC, también influyó para que "Karina" decidiera entregarse. "Ríos" fue asesinado por Pablo Montoya, un guerrillero de su propio grupo que tras ejecutarlo le cortó la mano y la entregó al ejército como prueba.
Fuentes de la inteligencia colombiana aseguraron que, al rendirse, la líder guerrillera manifestó "estar cansada de la guerra" y temer ser asesinada, tanto por el ejército como por guerrilleros de su frente que quisieran cobrar la recompensa que ofrecía el Gobierno. [+]
Para el gobierno de Álvaro Uribe, la entrega de Nelly Ávila Moreno, la guerrillera más sanguinaria de las FARC, implica la reafirmación –ante los colombianos y ante el mundo- de que sus políticas de desmovilización están dando resultados.
Según fuentes de la inteligencia colombiana, la líder guerrillera tiene hoy entre 45 y 47 años, mide 1,60 metros y pesa 85 kilos. Ingresó a las FARC cerca de 20 años atrás, probablemente impulsada por la situación de pobreza en la que vivía su familia.
Fueron su valentía, su falta de escrúpulos y su capacidad de liderazgo las que la convirtieron rápidamente en cabecilla del frente 47, puesto al que llegó en 1998. Antes de eso se la había vinculado con el frente 5 de Urabá, en el que habría participado de varias masacres. Años después, habría llevado a cabo el secuestro del ex congresista Oscar Tulio Lizcano, que sigue en cautiverio.
Pero también, según información revelada ayer por El Tiempo, “ Karina” habría sido la autora material del asesinato de Alberto Uribe Sierra, padre del actual presidente colombiano. Quizás sea por eso la guerrillera sólo decidió desertar luego de que, semanas atrás, el mandatario le enviara un mensaje público en el que le prometía garantías para su vida si se rendía.
La muerte de "Iván Ríos", su jefe en el frente 47 y el miembro más joven del secretariado de las FARC, también influyó para que "Karina" decidiera entregarse. "Ríos" fue asesinado por Pablo Montoya, un guerrillero de su propio grupo que tras ejecutarlo le cortó la mano y la entregó al ejército como prueba.
Fuentes de la inteligencia colombiana aseguraron que, al rendirse, la líder guerrillera manifestó "estar cansada de la guerra" y temer ser asesinada, tanto por el ejército como por guerrilleros de su frente que quisieran cobrar la recompensa que ofrecía el Gobierno. [+]
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